El lavavajillas se encarga de limpiar todos los platos sucios y las sartenes grasientas que pones dentro, por lo que no es extraño que acabe oliendo un poco. Por supuesto, la mejor forma de mantener un olor fresco en el lavavajillas es limpiarlo con regularidad, pero aquí te ofrecemos algunos consejos adicionales para ayudarte a acabar con los malos olores.
No dejes los platos sucios demasiado tiempo dentro
Los platos sucios que de dejan en el lavavajillas suelen ser los culpables de que aparezcan olores desagradables. Quita siempre los restos de los platos y las bandejas antes de ponerlos en el lavavajillas o utiliza el ciclo de enjuagado si tu modelo cuenta con este programa. Si tienes suerte, puede que tu lavavajillas cuente con una tecnología como IonGuard® de Beko, que libera iones para neutralizar los olores.
Mantenlo limpio
En el interior del lavavajillas suele haber restos de comida y grasa y, debido a que se trata de un entorno cálido y húmedo, puede ser un paraíso para las pestilentes bacterias y el moho. Limpia el interior del lavavajillas de vez en cuando, pero ten cuidado de no utilizar productos de limpieza abrasivos. También es recomendable utilizar un ciclo de autolimpieza como el programa InnerClean de Beko, que calienta el interior del lavavajillas para eliminar las bacterias y los gérmenes.
Fíltralo
Asegúrate de mantener limpio el filtro del lavavajillas, ya que los restos de comida se pueden atascar y, si empiezan a pudrirse, pueden oler mal.
Los filtros EverClean™ de Beko se tienen que limpiar 4 veces menos. Un sistema rociador pulveriza agua sobre el filtro desde dentro, limpiándolo desde dentro hacia fuera.
Utiliza el detergente adecuado
Utiliza siempre detergente, sal y abrillantador diseñados específicamente para lavavajillas. Si utilizas otros productos, no solo dejarán malos olores, sino que también podrían dañar el aparato.