La nevera no enfría pero si congela, ¿cómo arreglarlo?
Si has llegado hasta aquí es porque probablemente te has encontrado con el problema de que tu frigorífico no enfría pero si congela. Este es un problema que suele ser habitual y que además causa muchos dolores de cabeza, especialmente si no sabes cuál es el motivo de la avería y sobre todo, cómo arreglarla.
Antes de proceder con cualquier tipo de reparación, es importante que tengas en cuenta que los frigoríficos son equipos complejos y que, si no se manipulan adecuadamente, pueden sufrir daños irreparables.
Afortunadamente, la mayoría de las veces la solución es relativamente sencilla, aunque para asegurar que la reparación se hace correctamente es recomendable contar con la ayuda de la intervención de un técnico especializado.
La nevera no enfría pero sí (o no) congela: las razones por las que puede suceder
Antes de entrar en detalles sobre qué razones han ocasionado que la nevera no funcione, hacemos una breve mención a este electrodoméstico, el cuál se caracteriza por tener un mecanismo y funcionamiento interno algo complejo, pues consta de varios componentes. Si uno de estos componentes falla, puede afectar a todo el sistema, y hacer que el frigorífico no enfríe como debería hacerlo.
Pero… ¿Cuáles son las averías hacen que el frigorífico no enfríe pero sí congele? Estas son las causas más habituales:
Problemas con la ventilación: si la nevera no enfría, es posible que haya algún tipo de obstrucción en los conductos de ventilación que impide que el aire circule correctamente. En este caso, lo primero que debes hacer es desconectar el frigorífico y retirar todos los alimentos que haya en su interior. A continuación, retira los paneles traseros y laterales para acceder a los conductos de ventilación. Si observas que hay algún tipo de obstrucción, retírala con cuidado y vuelve a montar los paneles.
Problemas con el termostato: el termostato es el encargado de regular la temperatura en el interior del frigorífico. Si este componente falla, es posible que el equipo no enfríe. Para comprobar si este es el problema, lo primero que debes hacer es acceder al termostato y comprobar si está calibrado. Si no es así, tendrás que ajustarlo manualmente. Si, por el contrario, el termostato está defectuoso, sustituirlo.
Problemas con el condensador: el condensador es el componente que se encarga de disipar el calor que se produce en el interior del frigorífico. Si este elemento está sucio o averiado, es posible que el frigorífico no enfríe. Para solucionar este problema, lo primero que debes hacer es desconectar el frigorífico de la corriente eléctrica. A continuación, retira los paneles traseros y laterales para acceder al condensador. Límpialo con cuidado y vuelve a montar los paneles.
Problemas con el compresor: el compresor es el componente que se encarga de comprimir el gas refrigerante y de hacer circular el líquido por el circuito. Si este componente está averiado, es posible que el frigorífico no enfríe. Para comprobar si este es el problema, lo primero que debes hacer es escuchar si el compresor arranca cuando conectas el frigorífico a la corriente eléctrica. Si no es así, es posible que debas sustituir el compresor.
Problemas con el gas refrigerante: si el frigorífico no enfría pero sí congela, es posible que haya una fuga en el circuito de refrigeración que impide que el gas circule correctamente. En este caso, es recomendable que busques la ayuda de un profesional, ya que la reparación requiere de conocimientos especializados y de herramientas.
Consejos para el mantenimiento que necesita tu frigorífico
Ahora que conoces las causas más habituales por las que un frigorífico no enfría pero sí congela, es importante que sepas cómo evitar que esto suceda en el futuro. Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte:
Mantén el frigorífico limpio: es importante que limpies el interior del frigorífico con regularidad para evitar la acumulación de suciedad y de restos de alimentos. Esto no solo te ayudará a mantener una temperatura constante, sino que también te permitirá evitar la aparición de malos olores.
No abras la puerta del frigorífico con demasiada frecuencia: cada vez que abres la puerta del frigorífico, el aire caliente entra en el interior y hace que el equipo tenga que trabajar más para volver a alcanzar la temperatura adecuada. Trata de abrir la puerta solo cuando sea necesario y de cerrarla rápidamente.
No coloques alimentos calientes en el frigorífico: si introduces alimentos calientes en el frigorífico, el equipo tendrá que trabajar más para enfriarlos y esto puede hacer que se produzcan fluctuaciones en la temperatura.
Comprueba el sellado de la puerta: si el sellado de la puerta está deteriorado, el aire caliente puede entrar en el interior del frigorífico y hacer que el equipo tenga que trabajar más para mantener la temperatura adecuada. Si detectas que el sellado está en mal estado, es recomendable que lo sustituyas lo antes posible.
En resumen, si tu frigorífico no enfría pero sí congela, es probable que estés experimentando uno de los problemas más comunes en este tipo de electrodomésticos. Si sigues los consejos que te hemos dado y llevas a cabo las reparaciones necesarias, podrás volver a disfrutar de un frigorífico en perfecto estado en poco tiempo.
