En otros países, la secadora de ropa es un electrodoméstico imprescindible. En España, su despegue ha sido más lento, debido quizás al clima seco de amplias zonas y al mito de que su uso daña las prendas. Pero cada vez son más los usuarios que cuentan con esta solución en casa, sabedores de su gran utilidad, especialmente en invierno y en zonas húmedas. Por eso, en este post te contamos 5 consejos sobre cómo usar la secadora correctamente, con el fin de cuidar al máximo tu ropa y prolongar el buen estado del electrodoméstico.
#0. Dos apuntes previos para empezar
Más abajo enumeramos y explicamos 5 consejos sobre cómo usar la secadora de ropa, pero en realidad las buenas prácticas en el secado comienzan antes. En concreto, en la fase de lavado, que es un paso previo ineludible. En esa fase, deberás tener en cuenta lo siguiente:
No te excedas en la cantidad de suavizante. Desde luego, este producto aporta un aroma fresco y perfumado, pero algunos desarrollan un olor un tanto desagradable cuando se exponen a una temperatura elevada. Y lo que es peor: pueden llegar a atascar el sensor de humedad, interfiriendo en el buen funcionamiento del electrodoméstico
Centrifuga todo lo que sea posible: cuanto mayor sea el centrifugado, menos húmeda quedará la ropa después del lavado. Y eso facilita la labor posterior de la secadora. Por tanto, elige el mayor número de revoluciones posible, dentro del límite que admitan las prendas lavadas
#1. Selecciona la carga
Al igual que seleccionas las prendas de una colada para poner la lavadora, deberías hacer lo mismo para cargar tu secadora. Las prendas hechas en ciertos tejidos encogen al contacto con el calor, y algunos elementos plásticos como lentejuelas se pueden deteriorar a temperaturas altas, por lo que deberías descartarlas. Si tienes dudas, consulta siempre la etiqueta de cada prenda para saber si tiene un icono desaconsejado su secado a máquina.
Por otro lado, en tu selección no solo debes tener en cuenta el material, sino también su tamaño y peso, al menos si deseas minimizar las arrugas de las prendas. Ten en cuenta que las prendas húmedas ganan peso, y si las mezclas con otras livianas y delicadas, podrían ejercer una excesiva presión sobre ellas, provocando la aparición de arrugas en seco, que son más difíciles de retirar con la plancha.
#2. Selecciona el programa
Los ajustes del electrodoméstico también pueden dar pie a ciertos errores, como usar la secadora en un programa excesivamente largo. Eso haría que el ciclo de secado continúe incluso cuando la ropa está ya seca, lo cual acaba dañando las prendas por exceso de calor. La tarea de seleccionar las prendas que indicábamos en el apartado anterior no tendría mucho sentido si luego te olvidas de elegir un programa adecuado a ellas. Algunos de los programas más habituales son los relacionados con un tejido concreto (algodón, sintético, vaquero, rizo de toalla, etc.) y los que están determinados por la duración (exprés de 14 minutos, duración personalizada, etc.).
Mención especial merece el programa ECO que, pese a tener una duración más larga que otros programas, su consumo energético es menor porque la temperatura que alcanza no es tan elevada como otros programas más cortos.
#3. Deja el 20% del tambor libre
A la hora de comprar una secadora, deberías tener en cuenta el tamaño de la lavadora: la secadora debe tener mayor capacidad porque la ropa húmeda pesa más y porque no debe usarse con el tambor lleno. Algunos expertos sugieren que el 20% del tambor debe quedar libre para un secado adecuado. Ten en cuenta que dicho tambor, al girar, debe mover las prendas y hacerlas cambiar de posición, de tal manera que pueda circular el aire caliente entre ellas y que todas las partes de la prenda se vean expuestas al calor. De lo contrario, si la carga de ropa está demasiado apelmazada y comprimida, las partes menos expuestas al calor seguirán quedando húmedas.
#4. Retira la ropa al acabar el ciclo de secado
Este es otro consejo básico si quieres tener claro cómo usar la secadora adecuadamente. Aunque la ropa esté seca al finalizar el programa seleccionado, el tambor contiene aún cierta humedad condensada. Por tanto, si dejas las prendas en él durante un periodo prolongado, esa humedad volverá a la ropa y hará que siga estando algo húmeda al sacarla del tambor.
Además, dejar demasiado tiempo la ropa en el tambor puede provocar otro inconveniente: las prendas saldrán más arrugadas debido al calor residual del tambor, que propicia que las dobleces queden más marcadas. Por esto y por razones de seguridad, no deberías poner la secadora si vas a salir de casa: es mucho más recomendable programar un temporizador de aviso, o estar atento/a a la señal sonora de fin del programa, si tu modelo lo tiene.
#5. Limpiar los filtros y el depósito del condensador
La limpieza de los filtros es especialmente importante en una secadora, puesto que convive con pelusas, pelos, hilos y otras pequeñas partículas que se pueden desprender durante el proceso de secado. De la misma manera, es recomendable limpiar el depósito del condensador de agua, en el caso de que se trate de un modelo de condensación.
Lo que recomiendan los expertos es limpiar los filtros cada 6 ciclos y el depósito del condensador, cada 10 ciclos aproximadamente. La buena noticia es que se trata de una tarea muy sencilla, para la que solo se necesita un paño húmedo y agua, o bien un aspirador. Además, algunos modelos incorporan filtros autolavables o, al menos, con sistemas efectivos que retrasan la acumulación de pelusas, como el Filtro Fusión de las secadoras Beko.
Y más allá de estos 5 consejos sobre cómo usar una secadora, te recomendamos consultar el manual de usuario de tu electrodoméstico, pues recoge otras recomendaciones y errores comunes, con dibujos explicativos e instrucciones específicas para tu modelo. Si pones en práctica todo ello, disfrutarás de una ropa en perfecto estado con el mínimo esfuerzo y por más tiempo.