La pirámide de alimentos es un modelo que refleja los buenos hábitos y recomendaciones para seguir una alimentación saludable. Sin embargo, en la vida real cuando se trata de los niños, no siempre es tan sencillo como establecer un hábito de nutrición y alimentación infantil para conseguir todo lo que el organismo de los más pequeños de la casa necesitan. Los niños, tienen necesidades concretas, pues están creciendo y desarrollando su sistema nervioso.
Para facilitar la elección de los alimentos que les ofrecemos, aquí tienes 5 consejos para mejorar la nutrición de los niños.
01.
Planifica el menú y piensa qué alimentos serán la base de la nutrición para el niño
Para planificar el menú, pensaremos en el plato que les ofreceremos, esto será más fácil de hacer y entender. ¿Qué tipo de alimentos debería contener?¿Qué proporciones?
Para que el plato sea completo:
½ parte consistirá en verduras y hortalizas, lo más variadas y coloridas posible. Estas serán su principal fuente de vitaminas y minerales.
Luego, ¼ del mismo, debería contener proteína, que es imprescindible para que los niños puedan crecer y desarrollarse sanos, como, por ejemplo: pescado, huevo, aves, legumbre, frutos secos… y evitando los embutidos.
El resto del plato, aproximadamente otro ¼, debería contener una fuente interesante de carbohidratos, que den a nuestros niños una energía duradera. Aquí podemos variar entre la patata, los cereales integrales -como el arroz o la quinoa- o sus derivados como la pasta.
02.
Elige la proteína más limpia para la alimentación del niño
Para no sobrecargar sus órganos de eliminación (riñón e hígado), les ofreceremos proteínas lo más limpias posibles, de origen vegetal o animal. Idealmente haremos una comida con proteína animal, que es completa y fácil de absorber y otra con proteína vegetal.
Dentro del mundo animal las más limpias (que dan menos trabajo al cuerpo) son el pescado y el huevo. Y, muy importante, siempre debe ir acompañada de su ración de vegetales para ayudar a desechar aquello que no nos interesa.
03.
No te olvides de agregar grasas saludables en cada comida
Las grasas no deben faltar para que los niños crezcan con salud, pero, eso sí, deben escogerse muy bien. Las más convenientes son las del aceite de oliva virgen (¡no hay mejor aceite para cocinar!), las de los frutos secos, las semillas, la yema del huevo, el aguacate… y, las que deberíamos evitar: las grasas trans y aceites vegetales refinados.
04.
Superalimentos con calcio
Para reemplazar los lácteos, la naturaleza nos ofrece una enorme cantidad de alimentos muy nutritivos y que también son ricos en calcio.
A modo de ejemplo, un vaso de leche puede reemplazarse fácilmente por una ración de brócoli, o por 1 cuchara de semillas de sésamo, o por 2 puñados de almendras, o por 2 o 3 sardinas pequeñas. Y para ayudar a que se fije en sus huesos, es clave que pasen un rato diario en contacto directo con el sol.
05.
Elegir una fuente de carbohidratos adecuada
A la hora de escoger los cereales, no hay que olvidar que siempre será mejor optar por las variedades integrales en lugar de las refinadas.
Un arroz integral, un pan o pasta elaborados con harina integral, son fuente de energía, pero también de minerales y fibras, mientras que los refinados -blancos- sólo aportan una energía vacía, muy poco densa nutricionalmente y por tanto poco interesante.
Seguir una alimentación saludable no es tan complicado, y aplicado en los niños, la nutrición infantil es muy sencilla, tan solo hay que vigilar con aquellos alimentos que no hacen bien al organismo. No obstante, estos consejos son ejemplos de una alimentación infantil adecuada, pero siempre que tengas alguna duda sobre cómo establecer un buen plan para tus hijos/as consulta con su pediatra o con un nutricionista profesional.